Seguimos con el recuento de ese fin de semana en el que me estuve poniendo al día con el cable, como digo me gusta decir.
A continuación, otras tres películas que no me terminaron de convencer. Una iba "bastante bien" pero el final la arruinó un poco. Otra que, intentando ser seria en medio de una crisis familiar, no logra serlo. Y, por último, una comedia que me gustó, supe disfrutar porque uno de los protagonistas es uno de mis comediantes preferidos.
The Skeleton Key: Hacía mucho tiempo no veía una película de terror de este tipo. Sé
lo que hicieron el verano pasado, Scream, Blair Witch, etc, dejaron de ser parte de mi vida hacía años y probablemente desde entonces no veía una película de terror similar, hasta que me encontré con ésta. Probablemente, me critiquen por asemejarla a este género, pero es la impresión que me terminó quedando. Y sí, sé que
Scream y
Sé lo que... no pertenecen a la misma bolsa, eso lo acepto. En fin, esperaba un poquito más de esta película. Me resultó que no está bien desarrollado el argumento. Si bien se nos va dando información de a poco que va ayudando a develar el misterio, hay cosas que no se resuelven o en esa resolución se saltea algún paso. Parece que la dueña de la casa es también víctima de lo que allí sucede y de lo que le pasó a su marido y le confiesa eso a la nueva inquilina. Minutos después, la inquilina (Kate Hudson) empieza a obrar en su contra. ¿Cuándo nos enteramos que no se creyó el cuentito?
Blow Dry: Una comedia con un poco de drama que no puede faltar y una historia de amor que viene desde la infancia. Simplemente es muestra una vez más de lo que es el particular humor inglés; como sabemos, no es como cualquier humor, tiene sus particularidades, a veces llegando al patetismo.
Se nos muestra un concurso de peluqueros el cual el director se encarga de mostrar como algo patético con un esfuerzo no demasiado grande. En el mismo concursan los dos miembros de un un matrimonio deshecho (ella lo dejó por una mujer que modelaba para él) y su hijo. Termina siendo la típica historia en la que terminan siendo una familia feliz pero no implica que los padres se hayan juntado nuevamente. El hijo se suma a la historia de amor, ya que se enamora de una chica que conoció de chico y es la hija del principal contrincante de su padre.
The Whole Ten Yards: Bruce Willis en un papel de gángster en una comedia que comienza con la sospecha, en parte, de su heterosexualidad. Ahora se mudó tranquilo con su esposa a la que no logra embarazar. Matthew Perry sigue en su papel de dentista casado ahora con la ex-esposa de ese gángster a quien él sí embaraza. El trabajo de similitud entre las dos parejas sigue planteada desde la primera película de la saga. En realidad, la película no es buena. Pero me cuesta admitirlo, soy bastante fan del trabajo de Matthew Perry y la vi más que nada por su acting. Su comicidad es algo que sigo desde hace un tiempo. (No tengo más que recomendar su nueva serie: Studio 60).
Sé que la dedicación para con este blog no ha sido la misma que desde el principio y la calidad tampoco. Voy a tratar de hacer un esfuerzo para que sea como antes.
Saludos.