La película comienza con un texto escrito (no es textual): Tati Benítez podría ser uno de los tantos que viajaron a la capital Argentina para ver a Maradona cuando estuvo internado en el CTI por unos días en el 2004 por problemas cardíacos.
Los primeros minutos parecen simular un documental. Personajes de este pueblo que acercan al espectador cómo es Tati, su fanatismo y su obsesión por el Diego. Ese fanatismo ha hecho que se tatúe el número 10 en la espalda, con la misma fuente con que está escrito en la camiseta del conocido jugador. También hace que no se ponga otra camiseta que la de Argentina con el nombre Maradona en la espalda. A pesar de las burlas de sus amigos del lugar, él está convencido de que Diego le hablaría y le importaría quién es él.
El título de la película está dado, justamente, por ese camino que este hombre transita hacia Buenos Aires hasta llegar a su ídolo. No ve a Maradona. Sin embargo, esa búsqueda termina cuando sabe que su regalo está en manos de San Diego. (No voy a revelar qué es el regalo. Cuando la vean, lo terminamos de comentar. Y si la vieron, revélenlo uds, si quieren. Lo dejo a su libre gusto.)
A pesar de que no los conté y no hice estadísticas, estoy casi segura que en casi un 90% de la película se trata el tema relgioso. Se muestran rosarios, gente rezando, vírgenes, estampitas, etc. Continuamente se insiste con la religión y lo que provoca que un ser como Diego Maradona, que fue un muy buen jugador de fútbol se haya convertido y entorno a él se haya creado tal mito que lo convierte en Santo.
No termino de entender por qué el director contó la historia como la contó. Me cuestiono si lo hizo como testimonio de cómo se vive un hecho así en Argentina, o si lo hizo defendiendo su propia idolatría por este jugador.
No logro determinar cuál fue la razón.
Tatí Benítez probablemente fue uno de los que atravesó gran parte de la Argentina para llegar hasta su ídolo. Puede ser que sea un ejemplo entre tantos.
Todavía sigue rondando en mí algunos planos de la película. Todavía hay cosas que me cuestiono. Pero sí hay algo que es seguro. Este director es y no es el que yo conocí con Historias Mínimas. Es porque recurre a esas partes olvidadas de la Argentina donde todavía hay historias que contar. No es porque su cine llegó a ser mejor de lo que mostró en El Camino de San Diego, más allá de las relgiones, más allá de los fanatismos.
Quería encontrar lo que una vez encontré en su cine... No lo logré.